Cirugía de lesiones benignas
La eliminación de la mayoría de lesiones cutáneas benignas suele hacerse mediante distintas técnicas como crioterapia (congelación con nitrógeno líquido), curetaje, rebanado, electrocoagulación, láser...
Queratosis seborreicas

Las queratosis seborreicas son lesiones benignas que se caracterizan por su aspecto ceroso y rugoso. Suelen ser de color marrón y aparecen sobre todo en la cara, el cuello, el pecho o la espalda. Constituyen más un problema cosmético, pero pueden picar o sangrar si se irritan con el roce.
Acrocordones

Los acrocordones son protuberancias benignas de la piel que se forman en zonas de pliegues como el cuello, las axilas o la ingle. Son más frecuentes en personas con diabetes, obesidad o embarazo. Aunque no son peligrosos, pueden causar molestias o incomodidad por el roce con la ropa o la piel.
Cicatrices queloides

Las cicatrices queloides son un tipo de cicatriz que se forma cuando el tejido cicatricial crece de forma excesiva y se extiende más allá de los bordes de la herida original. Estas cicatrices pueden causar molestias, picor, dolor o limitación de movimiento, además de constituir en muchas ocasiones un problema cosmético.
Algunos de los tratamientos que pueden realizarse para mejorarlas son infiltraciones con distintos fármacos, crioterapia, láser, cirugía o terapia de presión. No obstante, estos tratamientos deben individualizarse y adaptarse a las características de la cicatriz, del paciente y de la localización anatómica.
Puntos rubí (angiomas)

Los angiomas o puntos rubí son pequeñas lesiones rojas que aparecen en la piel, sobre todo en personas mayores de 40 años. Se deben a la dilatación de los capilares que forman una pequeña bola bajo la superficie cutánea. No son peligrosos ni contagiosos, pero pueden resultar antiestéticos o molestos si se rascan o se irritan.
Los angiomas o puntos rubí se suelen eliminar mediante diferentes técnicas, como el láser o la electrocoagulación.
Dermato-oncología
Tratamiento de lesiones premalignas.
Diagnóstico y extirpación de tumores cutáneos malignos.
Queratosis actínicas

Las queratosis actínicas son lesiones cutáneas premalignas que aparecen en zonas expuesta al sol de forma crónica, como la cara, los labios, las orejas, el cuello, las manos y los antebrazos. Algunas de estas lesiones puedan evolucionar a un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer de piel que puede poner en riesgo la vida del paciente. Existen varios tratamientos para eliminar las queratosis actínicas, como la congelación con nitrógeno líquido, la electrocoagulación o el uso de cremas o geles que actúan sobre las células precancerosas.
Carcinoma basocelular

El carcinoma basocelular es el tipo más frecuente de cáncer cutáneo, y es más común en personas de piel clara con antecedentes de exposición al sol.
El carcinoma basocelular suele manifestarse como un cambio en la piel, por ejemplo, un bulto, una placa o una herida que no cicatriza. Rara vez se disemina a otros órganos, pero puede crecer localmente y destruir los tejidos circundantes. Por eso, es importante detectarlo y tratarlo a tiempo.
El tratamiento depende del tipo, tamaño, y localización, así como de las preferencias del paciente. Las opciones más frecuentes son resección quirúrgica, electrocoagulación, congelación por nitrógeno líquido o tratamientos tópicos.
Carcinoma espinocelular

El carcinoma epidermoide es el segundo tipo más frecuente de cáncer de piel, después del carcinoma basocelular, y su incidencia está aumentando debido a la mayor exposición al sol y al envejecimiento de la población.
Suele aparecer en las zonas que han recibido más radiación solar a lo largo de la vida, como la cara, las orejas, el cuello, las manos y los brazos. También puede desarrollarse en zonas que han sufrido quemaduras, cicatrices, infecciones crónicas o inflamación. Se manifiesta como una lesión roja, escamosa o costrosa que no cicatriza y que puede crecer, sangrar o ulcerarse. A veces puede tener un aspecto verrugoso o nodular.
El objetivo del tratamiento es eliminar el tumor por completo y evitar las recidivas o las metástasis.
Melanoma

El melanoma es un tumor maligno que se origina a partir de los melanocitos, que son las células que producen el principal pigmento de la piel. El melanoma es un tumor potencialmente agresivo, ya que puede crecer y diseminarse rápidamente a otros órganos si no se detecta y se trata a tiempo.
El melanoma suele aparecer como un cambio en un lunar existente o como un lunar nuevo de aspecto anormal. La causa exacta del melanoma no está clara, pero se sabe que, entre otros factores, la exposición a la radiación ultravioleta (UV) aumenta el riesgo de desarrollarlo.
El tratamiento principal es la extirpación quirúrgica, aunque puede ser necesario explorar los ganglios linfáticos. Otros tratamientos complementarios son la quimioterapia, la inmunoterapia y la terapia dirigida.
En el melanoma, la detección precoz es clave para el pronóstico, y la prevención sigue siendo el mejor tratamiento.